Prevencion y Tratamiento
1. Realizar un buen calentamiento antes de la práctica deportiva
2. Realizar una secuencia efectiva de estiramientos a la finalización de dicha práctica deportiva
3. Ejecutar de forma correcta y controlada los movimientos y ejercicios que se desprenden de la práctica de cualquier deporte
4. No forzar en caso de sufrir molestias o sobrecargas
5. Acudir de forma regular al masajista o fisioterapeuta, ante todo si se es proclive a sufrir lesiones repetitivas
6. Mantener un correcto equilibrio entre nuestro nivel físico y la actividad que vayamos a realizar
7. Seguir una dieta equilibrada, valorando el grado de entrenamiento al que vayamos a someter a nuestro cuerpo
1. Reposo del músculo lesionado, posición cómoda, la parte lesionada se inmoviliza inmediatamente para disminuir la hemorragia interna y la hinchazón.
2. Hielo, por 20 minutos cada 2 horas desde el primer dia. La aplicación de hielo hace que los vasos sanguíneos se contraigan, ayudando a limitar la inflamación y a reducir el dolor. En la fatiga muscular el masaje con hielo es ideal.
3. Compresión, basándose en vendaje. Limita la inflamación y restringe el movimiento muscular.
4. Elevación de la extremidad. Nos ayuda para que por gravedad no se acumule sangre en la zona lesionada y la inflamación y el dolor sea menor.
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Se debe dar importancia al estiramiento durante la fase de recuperación de la lesión, con el fin de que esta sea de manera organizada, el estiramiento debe ser mantenido y sin causar dolor al menos por 20 segundos por grupo muscular.
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La rehabilitación de los desgarres tarda entre 2 y 12 semanas de acuerdo a la magnitud de la lesión, dependiendo también de la capacidad de cicatrización propia del deportista.
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Es recomendable asistir al especialista para que prescriba la medicación necesaria (analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares).
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